Los paisajes kársticos son sistemas complejos y dinámicos, en los que los elementos que los conforman (rocas, agua, suelo) están estrechamente relacionados, creando un delicado equilibrio en el que cualquier cambio puede generar su deterioro.
Estos espacios, donde se forman abrigos naturales y cuevas, han sido utilizados frecuentemente en el pasado por comunidades humanas como lugares para establecer asentamientos y realizar expresiones artísticas. Es por lo tanto, necesario la elaboración de protocolos que permitan la gestión y la protección de estos delicados espacios que contienen yacimientos arqueológicos.
Con este objetivo J. Elez, S. Cuezva, A. Fernandez-Cortes, E. Garcia-Anton, D. Benavente, J.C. Cañaveras, S. Sanchez-Moral han elaborado una metodología basada en el uso de los SIG y que permite determinar cuantitativamente el área a proteger en una cavidad de una manera más efectiva que otras propuestas existentes para este tipo de áreas.
Actualmente para las políticas de protección de espacios kársticos se distinguen las siguientes propuestas:
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- Área Total Protegida (TPA): se refiere al área ocupado por la cueva, su exokarts y endokarst y puede ser afectado por la infiltración y la circulación del agua de subsuelo.
- Área Protegida Específica (SPE): es la zona donde la actividad antrópica se llevará a cabo. El tamaño de esta área variará dependiendo de las particularidades de la actividad antrópica y debe definirse en cada caso específico.
El estudio como se ha mencionado propone una nueva área a proteger que permita desarrollar estrategias de planificación y prevención de daños antrópicos. El área recibe el nombre Área Protegida Adyacente (APA) y se define como el área máxima de influencia de todos los procesos que pueden causar daños potenciales a la cueva. Este modelo es más restrictivo que los anteriores y por lo tanto el área del APA requiere un grado máximo de conservación. Estando el APA dentro del área delimitado en el TPA.
La metodología propuesta han sido presentada en el artículo “A GIS-based methodology to quantitatively define an Adjacent Protected Area in a shallow karst cavity: The case of Altamira cave” publicado en la revista Science. En el artículo se toma como base para explicar la metodología la cueva de Altamira (Cantabria), famosa por las pinturas rupestres catalogadas como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
- A) Ubicación geográfica de la cueva de Altamira (Cantabria, España). B) Ubicación detallada de los elementos principales citados y ortofoto del área circundante. 1) Perímetro de la cueva de Altamira; 2) puerta principal de la cueva de Altamira; 3) Perímetro de la cueva de Estalactitas; 4) Perímetro de la cueva de Castañera; 5) Ubicación de las dolinas principales. Hay poca evidencia de la red de drenaje en el ortofotografía y solo en el sector más oriental es fácil identificar algunos marcadores geológicos.
En la elaboración de la metodología fue necesario realizar los siguientes tres pasos:
1-. Definir el nivel de protección requerido para esta Área protegida y los criterios para su delimitación.
2-. La identificación de los procesos naturales en la dinámica del sistema kárstico de la cueva.
3-. La evaluación y cuantificación de los procesos naturales a través del mapeo y modelación del entorno mediante el uso de un SIG para obtener con la mayor precisión posible el área de influencia de cada proceso geoambiental.
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En este sentido, se llevaron a cabo estudios: geológicos, geomorfológicos, hidroquímicos, análisis climatológicos y microbiológicos. Además, fue necesario revisar y actualizar la información existente en mapas y tablas, resultando necesario en algunos casos georreferenciar los mapas antiguos o generarlos de nuevo mediante el uso del SIG.
El área que rodea a la cueva de Altamira se caracteriza por una alta presencia de actividades antrópicas, vegetación y fenómenos kársticos lo que hizo difícil las actividades de recogida de datos de campo. Para solventar estos problemas se optó por combinar dos enfoques: el trabajo de campo geológico clásico (medidas, mapeo geológico, análisis fotogeológico, etc.) y el uso de un SIG para integrar, gestionar los diferentes datos y crear mapas de alta calidad que incorporan información de los diferentes tipos de datos.
Además, el uso del SIG también permitió trabajar con ortofotos, cartografía obtenida mediante el escaneo láser 3D del interior de la cueva y MDTs (modelos digitales del terreno). Los MDTs fueron especialmente necesarios para la obtención de la red de drenaje de la zona de la cueva de Altamira, ya que junto con los algoritmos existentes en el SIG permitieron su obtención. Posteriormente para el mejor ajuste entre las corrientes observadas en el campo y el modelo teórico de la red de drenaje obtenida se eliminaron la red de flujo menos relevantes
También en la elaboración del nuevo mapa geológico el SIG tuvo un papel destacado y en él se incluyeron los datos y observaciones recopilados del subsuelo, así como también se ubicaron y se delinerón mejor las características geomorfológicas y estructurales.
Con los modelos, mapas y datos obtenidos se procedió a delimitar el APA obteniendo su perímetro que corresponde al área de máxima influencia para todos los procesos combinados que pueden causar algún daño en la cueva: infiltración directa y lateral, circulación del agua subterránea, ventilación, vibraciones, los suelos y las dolinas.
Áreas de influencia para los procesos identificados y comparación de las áreas de protección resultantes.
El resultado final mostró que el perímetro final de el APA no está condicionado por actividades humanas y parece ajustarse solo a los límites naturales (red de drenaje natural, dolinas, etc.). Sin embargo, cualquier modificación antrópica de las condiciones reales implica establecer de nuevo los límites de la APA.
Como se muestra en este estudio el SIG fue una herramienta indispensable para la integración datos heterogéneos y modelos resultantes de la multidisciplinariedad.
Podéis descargar el artículo desde aquí.
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