En el campo de la arqueología, los mapas, representaciones gráficas bidimensionales de la realidad, son ampliamente utilizados para ubicar los elementos y estructuras identificados en el terreno mediante prospecciones, fuentes documentales, imágenes áreas, análisis geofísicos, etc.
En consecuencia, los mapas arqueológicos son la base para el conocimiento, el análisis, la evaluación, la planificación y la conservación del patrimonio cultural de una zona. Además, facilitan el estudio de las dinámicas evolutivas de los sitios arqueológicos.
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