La fascinación y el interés por el mundo que habitamos, ha sido inherente a la naturaleza humana desde tiempos prehistóricos. Algunas de las pinturas rupestres y otras representaciones en los huesos y artefactos, que solían ser vistos como meras representaciones artísticas, han vuelto a ser, según las últimas investigaciones, mapas de las zonas de caza, corrientes, rutas, e incluso los mapas de las estrellas.
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