Tras el parón del verano retomamos nuevamente en el blog la difusión de artículos de investigación arqueológica mediante la tecnología open-source GIS.
En este caso saltamos del ámbito europeo que ha dominado la mayoría de los artículos anteriores y nos vamos a la Patagonia argentina.
En este post os vamos a resumir brevemente el artículo “Digitalización de cartografía arqueológica. El caso del curso medio del río Limay en el noroeste patagónico” elaborado por Alejandro Daniel Hormar y Ailin Ayelen Guillermo.
En el artículo exponen el problema habitual que tienen los arqueólogos al no disponer una cartografía digital acorde al periodo de estudio, ya que la disponible representa el paisaje actual y por lo tanto se incluyen las alteraciones realizadas y el impacto producido por el ser humano a lo largo del tiempo. Una cartografía del pasado lo más precisa posible resulta fundamental para poder realizar análisis con una mayor exactitud (visibilidad, rutas óptimas, etc…).
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En concreto, los autores plantean las modificación del paisaje causada por los embalses Alicurá y Piedra del Águila (tramo medio del río Limay) y como en análisis arqueológicos anteriores se calcularon los caminos de menor coste generando una línea recta sobre el embalse, lo que puede conducir a falsear el resultado del análisis.
Ubicación del área de estudio.
Para solucionar esta carencia de datos precisos plantean el objetivo de “corregir” la topografía disponible en MDE (Modelo Digital de Elevaciones) de la zona de los embalses Alicurá y Piedra del Águila y examinar la información arqueológica vinculada a la misma.
Con tal fin llevaron a cabo el procesamiento de la información existente en varias etapas.
La primera consistió en la obtención de cartografía e información existente (mapas en papel, fotografías aéreas) y escanearon las cartas topográficas disponibles. A continuación realizaron la georreferenciación de las imágenes digitalizadas mediante el uso del SIG open source QGIS (el mismo software libre que usamos en la docencia de nuestro curso en la UBU de SIG y Arqueología). Dichas imágenes fueron vectorizadas para obtener archivos shapefiles con las curvas de nivel (también llamadas isolíneas) y sus atributos.
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Tras la correspondiente validación de los ficheros shapefiles se llevó acabo el proceso de interpolación que consiste en obtener una capa con formato continuo (ráster) a partir de los datos discretos (capa vectorial). En esta etapa probaron diferentes algoritmos optando finalmente por el uso de la herramienta r.contour, diseñada para trabajar con isolíneas y que provee el SIG GRASS. GRASS es un software open source que también se puede ejecutar a través de QGIS como complemento. El resultado fue una capa ráster MDE en el que cada pixel contiene un valor altimétrico.
La última etapa consistió en recortar el MDE y extraer el área de la zona de estudio para pegarla en el MDE actual y reemplazar los valores en la zona cubierta por los embalses.
Proceso de trabajo. A) Obtención de imágenes, B) Vectorización, C) Interpolación,
D) Recorte, E) Sumatoria: recorte sobre DEM original.
Para finalizar el artículo los autores reflexionan sobre la importancia de seleccionar el algoritmo adecuado según las características geométricas (puntos, líneas o polígonos), de distribución y topología (curvas de nivel abiertas, aíslas, intersección) de las de las capas vectoriales para la obtención del MDE.
El MDE resultante permite realizar análisis espaciales de los cazadores recolectores de la cuenca media del río Limay, por ejemplo, en el estudio de la distribución y asociación ambiental de sitios, o el cálculo más preciso y realista de los caminos del menor esfuerzo entre sitios y fuentes de materia prima lítica.
En el siguiente enlace podéis leer el artículo completo: Link.
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